Calamonte es una de las localidades que participa en el Plan desde 2005 con su bibliotecaria, Clara Fernández. Ella fue una de las primeras bibliotecarias participantes en el Plan en solicitar sesiones de cuentos para adultos en un tiempo en que los cuentos se asociaban únicamente con niños. Con una excelente organización, este biblioteca cuenta con un público fiel a las actividades que se proponen. Por Calamonte han pasado Domingo Chinchilla (Valencia), Victoria Gullón (Zamora) o Joxemari Carrere (Euskadi) quienes han ido forjando un público de cuentos adultos así como han contado también para adolescentes. La última de las visitas fue la de Cristina Verbena (Zaragoza). De lo que allí ocurrió nos lo relata Clara.
«Conseguimos un aforo de 21 personas, que en un pueblo de 6.300 habitantes y mirando las estadísticas de asistencia a actos culturales está bastante bien. Además se llevó a cabo un día de diario, lo cual es un handicap. Y para más obstáculo, ¡esa noche había partido de futbol! Y encima, jugaba el Real Madrid.
Entre los asistentes había caras conocidas, personas que en anteriores ediciones de Cuentacuentos habían podido disfrutar de la experiencia, pero también descubrimos caras nuevas y pudimos así preguntarles al final de la sesión qué les había parecido. Sin duda alguna nos contestaron, que no volverían a perderse otro Cuentacuentos. Nos extrañó que gente forofa de estos cuentacuentos faltaran esa noche pero después nos comentaron que les había sido imposible asistir.
Cristina tuvo que poner fin a la sesión porque si es por decisión del público asistente aún estaríamos allí sentados escuchándole contar sus historias y su canto entre estas, con esa voz que te calma, te relaja, te hipnotiza… toda una dulzura ella, sus historias, su voz. Pero antes de terminar nos permitió pedirle historias a la carta y ganaron por mayoría, no sabemos si por los tiempos de crisis que corren o no, las historias de risa, seguidas por las de amor.
Evaluar la actividad ha sido sencillo, cualquier persona que tuviera que hacerlo y hubiera estado presente allí esa noche sólo con observar las caras de felicidad y las risotadas del público, o la dulzura o vellos de punta de otras porque algún cuento popular les recordó en la voz de Cristina Verbena la voz de su propia madre contándole la misma historia. Si además a esto unimos los comentarios de enhorabuena a la mima autora allí presente, las palabras de pero qué bien los cuentas, los aplausos al final de cada historia y más aún los del final de la sesión y las gracias y enhorabuenas que días posteriores me dieron a mí como bibliotecaria y persona que les había invitado al acto lo tendría muy fácil…
La valoración de la actividad con el público adulto fue superpositiva. Y el valor del artista impagable. La magia de las historias de Cristina encandiló al público calamonteño. Sólo nos queda, una vez más agradecer a este Plan de Fomento de la lectura el haber hecho posible el disfrutar de Cristina Verbena, a la que agradecemos su generosidad y los cuarenta minutos de más que nos dedicó. Aún hoy, me siguen parando por la calle para decirme que les encantó y qué cuándo vamos a repetir.
Tuve la suerte de poder asistir a esas sesiones de Cuentacuentos con Cristina Verbena. Clara Fernández tiene toda la razón: TENÍAMOS que irnos. Pero no queríamos. Quizá el hecho de haber sido «sólo» 21 personas empapándonos de las historias tan bien contadas y aderezadas con la dulzura Cristina hizo que fuera una sesión de adultos tan mágica. Y sí, yo soy de las que quiere que vuelva , con las mismas historias y con otras nuevas.